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Caldera

Una caldera, como componente de un sistema de calefacción, es un artefacto que sirve para calentar un caloportador (agua generalmente) para ser distribuida posteriormente a través de una red de tuberías. 

Significado de caldera

Una caldera es un artilugio destinado a calentar el agua que contiene mediante una temperatura superior a la del ambiente y una mayor presión. Gracias a la caldera, se consigue un correcto funcionamiento del sistema de calefacción al completo que calienta la vivienda o estructura donde se encuentre. 

Tipos de calderas de gas según su funcionamiento

Los diferentes tipos de calderas se diferencian, principalmente, por su funcionamiento y tipo de combustible que se utiliza para su funcionamiento. A grandes rasgos, podemos distinguir:

  • Calderas estancas: la cámara de combustión está aislada completamente de la vivienda por lo que los gases que la caldera genera son expulsados fuera de la misma. Por ello, suelen ser más seguras que otros modelos de calderas de gas. Además, según su funcionamiento pueden ser calderas de condensación o calderas con emisión baja de NOx. 
  • Calderas atmosféricas: son más antiguas que las calderas estancas ya que funcionan de una manera mucho más contaminantes y menos eficiente ya que se ven influenciadas por las condiciones atmosféricas y utilizan el aire disponible en la cámara. 

Ambas opciones de calderas utilizan el gas como combustible para poder funcionar, una opción altamente contaminante y poco acorde con la sostenibilidad y protección del medioambiente. Existen otro tipo de calderas cuyo funcionamiento se consigue mediante fuentes de energía renovables, como la caldera solar. 

Caldera solar

Una caldera solar consigue generar calor mediante el aprovechamiento de la radiación solar térmica con la que consigue calentar un depósito de agua. Sin duda, es una de las alternativas más ecológicas en el mundo de la energía y de la calefacción de viviendas al combinar la energía solar con el funcionamiento tradicional de una caldera. 

Además, la combinación del sistema solar con una caldera convencional permite ahorrar energía y reducir considerablemente los costes mensuales. De este modo, todos nos beneficiamos de una energía de calidad, a un menor precio y protegiendo el medioambiente. 

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