Que la energía solar y el autoconsumo fotovoltaico están en auge es un hecho innegable hoy día. Con la reciente derogación del impuesto al sol por parte del gobierno y el gran y continuado avance de la tecnología y el I+D+I en el campo de las energías renovables, el autoconsumo con almacenamiento se ha convertido […]
09/04/2024
Que la energía solar y el autoconsumo fotovoltaico están en auge es un hecho innegable hoy día. Con la reciente derogación del impuesto al sol por parte del gobierno y el gran y continuado avance de la tecnología y el I+D+I en el campo de las energías renovables, el autoconsumo con almacenamiento se ha convertido en una realidad con la que comenzar a ahorrar se nos presenta cada vez más fácil.
Existen, dentro del autoconsumo, varias opciones que se adaptan a cualquier tipo de cliente, y que dependerán en gran medida de las horas de consumo, ubicación de la vivienda o necesidad del usuario final. En esta entrada te ayudaremos a determinar cuál es la instalación que mejor se adapta a lo que necesitas y qué impacto ahorrativo supondrá la misma en tu factura de la luz.
Como ya avanzábamos, son varias las posibilidades que nos ofrece el autoconsumo dependiendo de nuestra necesidad. En este plano, nos podemos encontrar con tres tipos generales: Autoconsumo directo, con almacenamiento o aislado.
Si tus horas de consumo son mayores durante las horas de sol, probablemente el sistema que mejor se adapte a tu gasto eléctrico, y te proporcione un mayor ahorro, sea el autoconsumo directo. En esta modalidad, aunque continuarás conectado a la red eléctrica, tu instalación fotovoltaica generará la energía suficiente para abastecer tu consumo durante el día, y todo excedente (aquella energía que se genere y que no sea consumida) será transferido a la red eléctrica sin compensación. Durante las horas en las que no haya sol, tu electricidad provendrá de la red eléctrica, generándose un consumo en tu factura.
Si, por el contrario, el gasto energético que realizas se produce sobre todo en las horas en las que no podemos disponer de luz del sol, la mejor opción será la del autoconsumo con almacenamiento. Esta es, sin duda, la opción más óptima y la más eficiente a la hora de ser amortizada. En este tipo de instalación, a tu sistema de placas fotovoltaicas se les suman unas baterías de almacenaje, de modo que la energía que no esté siendo consumida durante las horas de sol será almacenada en lugar de transferida a la red eléctrica, para poder disponer de la misma cuando sea necesario.
Existe, dentro de las opciones con almacenamiento, la posibilidad de llevar a cabo un autoconsumo aislado, en el que nos desconectaríamos completamente de la red eléctrica y sería nuestro sistema el que genere toda la energía necesaria para cubrir nuestras necesidades de consumo. Esta opción es ideal para casas rurales o residencias que tienen difícil acceso a la red eléctrica o para aquellas personas que quieren comenzar a practicar un autoconsumo real e independiente.
De entre estas opciones, aunque ninguna es mejor que otra y cada cual depende de las necesidades y consumo final del cliente, aquellas que nos proporcionan la opción de almacenamiento son las que nos pueden acercar más al autoconsumo y a la reducción del importe en nuestra factura de la luz.
Cada cliente e instalación presentan unas necesidades específicas, por lo que el consumo y ahorro total en la factura de la luz dependerán de las características que se determinen mediante un estudio personalizado. No obstante, sí que podemos esbozar unos términos generales en base a la vida útil de los sistemas y amortización de los mismos.
En este sentido, cabe destacar que un sistema de autoconsumo fotovoltaico puede presentar garantías durante más de 25 años, así como las baterías añadidas para su almacenaje nos aseguran fiabilidad, funcionamiento y garantías durante más de 20 años (aunque la vida útil de ambos productos puede llegar a ser mucho mayor). De esta forma, nos estamos asegurando un sistema de autoconsumo y almacenaje con un mantenimiento mínimo, que nos ahorrará una buena parte del importe de nuestra factura de la luz durante más de 20 años.
El ahorro y la amortización final dependen también de la inversión que se realice a la hora de la instalación de los sistemas. No es lo mismo optar por un montaje con almacenaje de energía y conectado a la red eléctrica, que apostar por una de modalidad aislada, que necesitará capacidad y baterías suficientes para poder abastecer el consumo eléctrico durante varios días, en caso de ausencia de luz solar. No obstante, ambos sistemas presentan un tiempo de amortización muy bajo, debido a la gran capacidad de ahorro que pueden aportar. Así, una vez realizada tu instalación, la misma se verá amortizada entre tres y cinco años, dependiendo de la inversión realizada.
Teniendo en cuenta todos estos factores, podemos estimar que el ahorro que veremos en nuestra factura de la luz podrá llegar a ser hasta de un 75% del total (si optamos por un sistema de autoconsumo con almacenamiento), llegando incluso al 100% si lo que queremos es un autoconsumo aislado y olvidarnos para siempre de la factura de la luz.
Si tienes alguna duda al respecto o necesitas asesoramiento sobre cuál es el sistema que mejor se ajusta a tus necesidades, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo de expertos para solicitar un estudio personalizado, gratuito y sin compromiso para conocer al detalle tus posibilidades de ahorro.
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