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¿Qué es la generación distribuida?

La explosión demográfica en las grandes urbes y la creciente demanda de bienes y servicios que se produjeron en el último siglo hicieron que la producción de energía se concentrara en grandes centrales térmicas, nucleares o hidroeléctricas. Por esa razón, en la actualidad existen enormes centros de producción en los que la energía se convierte […]

Energía Solar

09/04/2024

La explosión demográfica en las grandes urbes y la creciente demanda de bienes y servicios que se produjeron en el último siglo hicieron que la producción de energía se concentrara en grandes centrales térmicas, nucleares o hidroeléctricas. Por esa razón, en la actualidad existen enormes centros de producción en los que la energía se convierte en electricidad para luego distribuirla hasta los hogares y zonas comerciales o industriales.

Sin embargo, en los últimos años algo ha comenzado a cambiar. La necesidad de garantizar una energía eléctrica de calidad a los consumidores y hacer un uso más eficiente de los recursos naturales ha impulsado el desarrollo de alternativas verdes basadas en la generación distribuida, la cual está suponiendo un cambio de paradigma en la producción eléctrica.

Generación distribuida: ¿en qué consiste exactamente?

La generación distribuida o descentralizada se basa en producir energía eléctrica usando muchas y diferentes fuentes de generación más pequeñas que se instalan cerca de los puntos de consumo. Esas instalaciones tienen una potencia reducida, generalmente por debajo de los 1 000 kW, por lo que se pueden conectar casi en cualquier punto del sistema eléctrico.

En el modelo de generación distribuida, los sistemas de generación eléctrica o almacenamiento están situados cerca de los centros de carga o puntos de consumo de energía. Además, se emplean tecnologías eficientes, entre las cuales destaca la cogeneración, con la cual se logra aprovechar al máximo los combustibles utilizados.

La microgeneración se basa en fuentes de generación eléctrica más pequeñas que se encuentran dispersas por la ciudad en edificios o elementos públicos como las farolas. Con este sistema se apoya la generación de las grandes centrales para lograr que la urbe sea más autosuficiente y disminuya su dependencia de grandes potencias eléctricas para suplir su demanda de abastecimiento.

Las placas solares fotovoltaicas son la principal fuente de generación distribuida y una de las más difundidas ya que se pueden instalar prácticamente en cualquier edificio, vertiendo además los excedentes de su producción para alimentar la red eléctrica de la ciudad.

Los aerogeneradores también se pueden conectar a la red de generación distribuida. Suele tratarse de pequeños generadores eólicos que se instalan en el alumbrado, casi siempre público, para lograr que las farolas se alimenten de manera autónoma, restando peso a la red eléctrica nacional.

Las principales ventajas de la generación distribuida

  • Sistema eléctrico más fiable. La implementación de proyectos de generación distribuida mejora la fiabilidad de la red eléctrica. La existencia de pequeñas fuentes de generación diseminadas por todo el territorio hace que el fallo de una de ellas no cree un problema grave para todo el sistema eléctrico, lo cual disminuye las probabilidades de que se produzcan cortes de luz para los consumidores.
  • Energía de mayor calidad. La distribución de pequeñas fuentes de generación de energía por el territorio también garantiza una mayor calidad de la misma. La generación distribuida proporciona energía eléctrica de manera ininterrumpida con parámetros más adecuados en términos de voltaje, corriente o frecuencia, por lo que contribuye a disminuir los daños, fallos y degradación que suelen sufrir los equipos eléctricos debido a estos problemas.
  • Menos pérdidas en la red eléctrica.Cuando se transporta la electricidad se producen pérdidas, que aumentan cuanto mayor sea la distancia y menor la tensión. Como media, el sistema eléctrico español pierde cerca del 10 % de la energía, unas fugas que se producen en el proceso de transporte y distribución. Por esa razón, unas redes de transporte más cortas reducen la pérdida de energía desde el punto de generación hasta el consumidor, lo cual también implica un ahorro al elevar la tensión eléctrica para su transporte.
  • Disminuye la dependencia externa. La generación distribuida se realiza en el territorio, de manera que reduce la dependencia energética de zonas más lejanas y lo que pueda suceder en ellas. Cuanto más se aproveche la capacidad para generar y distribuir energía de forma centralizada, más poder tendrán los actores individuales y las comunidades que antes dependían exclusivamente de los gobiernos y corporaciones.
  • Ahorro económico.El ahorro que produce la generación distribuida proviene esencialmente del autoconsumo. No obstante, este también aumenta a medida que existen más puntos de generación de energía y esta tecnología gana en eficiencia pues se pierde menos electricidad durante el transporte. De hecho, ¿sabías que a los consumidores sujetos a PVPC se les añade un 15 % en la factura de la luz al consumo medido en el contador para cubrir las pérdidas?
  • Generación de energía más limpia.La generación distribuida se basa fundamentalmente en las instalaciones solares y eólicas, por lo que un crecimiento de estas fuentes implica un fuerte impulso a las energías limpias y renovables. Por tanto, este modelo contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la generación de energía convencional, además de mejorar la calidad del aire y proteger los ecosistemas al disminuir la dependencia de las grandes centrales eléctricas contaminantes.

El mundo que vendrá gracias a la generación distribuida y el hidrógeno verde

La sociedad está pasando de un modelo piramidal y unidireccional a un nuevo modelo orgánico y bidireccional en el que la generación centralizada compartirá protagonismo con la generación y acumulación distribuidas, de manera que los usuarios finales podrán gestionar activamente su demanda, siendo más responsables en el proceso de generación y consumo de energía.

De hecho, las energías renovables distribuidas se encuentran en todas partes y son, en su mayoría, gratuitas, como el sol, el viento, la energía hidroeléctrica y de las mareas o la geotermia y la biomasa. Por tanto, es posible recolectarlas en muchos sitios para luego agruparlas y compartirlas a través del Internet de la energía (IoE), una infraestructura automatizada e inteligente que se encargará de lograr los niveles óptimos de energía y mantener la economía sostenible de alto rendimiento que demanda la Tercera Revolución Industrial.

Jeremy Rifkin, economista y presidente de la Foundation on Economic Trends, considera que los sistemas descentralizados de producción y distribución de energía limpia no solo cambiarán la forma en que usamos la electricidad en nuestros hogares, sino que también transformarán profundamente la sociedad y la economía. Durante la transición a esta nueva era energética se pasará de un modelo enfocado exclusivamente en la productividad a un modelo que prioriza la sostenibilidad, triunfando la cooperación sobre los poderes tradicionales, lo cual favorecerá un control más lateral, en vez de jerárquico.

En esa nueva era, el hidrógeno verde desempeñará un papel clave como vector energético ya que es un complemento ideal para avanzar hacia una economía más sostenible. La hibridación podría ser un camino pues, al combinar dos fuentes de energía, cuando la producción de una desciende, se compensa con la otra. Combinar el hidrógeno verde con otras instalaciones para generar electricidad renovable, como la fotovoltaica, permitiría modular y optimizar la producción de esta última gestionando la planta en tiempo real y de forma horaria.

El hidrógeno verde también podría tener un papel protagónico para descarbonizar los sectores donde la electrificación no se puede implantar, como la industria pesada, la aviación o el sector marítimo. De hecho, las pilas de combustible de hidrógeno son idóneas para los vehículos de larga distancia de uso intensivo, como los camiones, autobuses y taxis, ya que brinda una mayor eficiencia que los modelos eléctricos.

No es casual que España planee ampliar la flota de autobuses y vehículos para el transporte de mercancías de pila de combustible de hidrógeno renovable en 2030 en todo el territorio nacional e instale al menos 100 y 150 hidrogeneras de acceso público. Además, calcula que en esas fechas la contribución mínima del hidrógeno renovable debe ser del 25 % en todas las industrias que lo usan como materia prima o fuente energética, como las refinerías y la industria química, y en 2024 se deben haber instalado entre 300 y 600 MW de potencia de electrolizadores en las proximidades de los lugares de consumo.

Sin duda, la economía del hidrógeno puede dar un empuje a la generación distribuida para reducir el consumo energético y las emisiones, así como encaminarnos hacia un desarrollo más sostenible y descentralizado. Si quieres sumarte a este modelo, no dudes en escribirnos a info@quanticarenovables.com. En QUANTICA Renovables estaremos encantados de asesorarte para que puedas sacar el máximo partido a tu instalación fotovoltaica.

 

Fuentes:

(2020) Hoja de ruta del hidrógeno: Una apuesta por el hidrógeno renovable. En: Ministerio para la Transición Ecológica.

(2016) Las pérdidas en el sistema eléctrico. En: CNMC.

Zeller, T. (2011) Jeremy Rifkin: The ‘Democratization Of Energy’ Will Change Everything. En: HuffPost.

Rifkin, J. & Clark, W. (2006) A green hydrogen economy. Energy Policy; 34(17): 2630-2639.

(2004) Cerca del 10% de la electricidad generada se pierde en transporte y distribución. En: Eroski Consumer.

Foto de Ashes Sitoula en Unsplash

 

 

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